Sharing is

Ayer me llamó un searcher.

Futuro searcher, para ser precisos.
Tiene ya el 84 % del fondo levantado, lo tiene ahí, en la recámara.
Puede cerrar en menos de un mes.

Al final de la llamada, me susurraba que le estaba quitando las ganas.

Y no es para menos.

Yo puedo ser muy crudo,
pero es que el sushi está ruquísimo,
y el chuletón... ¿qué me cuentas?
Ahí, caliente pero vivo. Madre mía.

El caso es que le conté cosas.
Cosas que te pueden pasar. Cosas que te van a pasar.

Y no significa que seas especial.
Significa que estás jugando en serio.

Hay algo que me fascina y me repatea a la vez de las escuelas de negocio:

Saben TODO lo que ha pasado en los negocios…
de hoy hacia atrás y saben que se repite.

Por eso recomiendo a cualquiera que piense en comprar una empresa que se lea el libro de Jan Simon.

De hecho, los viernes recorreré el libro epígrafe por epígrafe,
para contaros en primera persona lo que cuenta el libro
y que yo viví.

Yo sí, tú no, amiguete.

Le dije cuatro cosas que puedes apuntarte desde ya:

1. Marinero… una en cada puerto.

No te enamores de ninguna oportunidad.
Hay parejas que se han roto en el altar.

Una palabra mal metida en el contrato y se va todo al garete.
Que se lo digan a mi amigo Tony.

📝 Moraleja:
Colecciona cartas de intenciones como si fueran cromos.
No es infidelidad. Es cubrirte las espaldas.
Y sí, las cartas LOI se pueden intercambiar y vender como pokémon raruno.

2. Automatiza o subcontrata todo lo posible.

Los becarios están bien, pero requieren tiempo y paciencia.

Busca uno que quiera ser searcher.

Yo monté mi CRM desde cero, a mi medida.
Contraté un call center que hacía toneladas de llamadas
y tenía acceso a mi calendario.

Resultado:
Reuniones a cascoporro con yayos forrados,
con yates de oro macizo
e hijos más colgados que un salchichón en La Alberca.

📝 Moraleja:
Imagina tu flujo de trabajo,
llama a un friki y que te lo tunee.

3. Tu trabajo NO es analizar empresas.

Ni valorarlas.
Todo eso es fácil.

Te bajas los datos de SABI,
haces magia con Excel,
y ya tienes numeritos.

Tu verdadero trabajo es:
pasar tiempo con potenciales vendedores.

Una llamada.
Un café.
Un almuerzo.
Un paseo por la montaña que le gusta.
El sitio donde come (o moja) churros.

📝 Moraleja:
Léete el CRM media hora antes de la visita.
Enamórate del AVE. Y de alquilar coches.
Te toca tener almohada fuera de casa.
Yo la tenía.
En casa de Mr. T, palabra de gitano.

Y le conté más cosas.

Me pillé un virus en un taller de pieles.
Al día siguiente, con el virus dentro y una botella de vino,
estuve (ad)mirando la Catedral de Santiago con Benigno.

Volví hecho polvo.

Seis horas de aeropuerto.
Y al llegar a casa…

Mi mujer en el sofá, recién llegada del hospital:
ceja rota, dedo roto, otro sin piel.

Se había caído de una de esas motos de alquiler.

La historia de la putita

En otra negociación, el hijo yonki de un vendor murió de sobredosis.

Esto es la vida real, amigo.

Mil millones de cosas.

Y muchas lecciones más que iremos desgranando poco a poco.

Hasta mañana.

Recuerda:

Te llevas 100.000 lerus si me presentas a un empresario zorro plateado que tenga un empresón:

• Ventas 6 kilos/año, euros directos al taco, dos kilos/año limpio de polvo y paja, desde hace tres años. Que la relación ventas - neto sea de un tercio.

• Que el dueño esté forrao a romper… recuerda, yo quiero ser ese también.

• Una empresa sin sucesores y dueño en jubilación.

• Que tenga muchos clientes, no quiero el clásico que depende de uno grande.

• Te llevas 100.000 lerus solo si compro esa empresa, si no, te mando un abrazo en video, te lo prometo. Porque puede, que al final no compre un empresón, nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.

• Una empresita es lo mismo pero 10 veces más pequeña, si te quedas por aquí, te enseño a comprar o vender la tuya, y también a buscar el dinero, y a decidir abogados, y en fin a todo, pero quédate y pásale estos a inversores, por si se quieren enterar que esto es más rentable que las startups esas molonas con futbolines y gente dándolo todo de culo a culo.