Negocios aburridos

Parte 3

Shaquille O’Neal ha amasado un imperio empresarial de 500 millones.
Sí, has leído bien. Su imperio actual aplasta las ganancias de toda su carrera en la NBA.

¿Su secreto?
Negocios aburridos que todo el mundo necesita.

Durante su etapa como jugador, Shaq ganó 286 millones de dólares.
Hoy, su negocio personal ya pasa de los 400 millones… y sigue creciendo.

Corría 1992, y con 18 añitos recién cumplidos, Shaq recibió su primer millón como prima de fichaje.

¿Y qué hizo?

Se lo fundió entero en un solo día.

Coches para sus padres. Joyas. Un ático de lujo.
Y por la noche… ya no quedaba ni rastro.

Al día siguiente, su director del banco lo llamó a su despacho.
No le echó la bronca. Le puso un libro sobre la mesa:

“Guía para Dummies sobre cómo montar tu propio negocio.”

Y le soltó la frase:

“No quiero que termines como esos deportistas que acaban sin un duro.”

Ese libro le cambió la vida.

Después llegó Magic Johnson, y le soltó otro consejo brutal:

“Algún día vas a querer ser dueño de cosas.”

Y así nació su estrategia.
Una que rompe con todas las reglas de la inversión para famosos.

Shaq ha invertido en cosas como:

  • 150 estaciones de lavado de coches

  • 40 gimnasios

  • 155 locales de Five Guys (vendidos en 2016)

  • 17 puestos de pretzels de Auntie Anne’s

¿Su criterio?
Más simple que el mecanismo de un botijo:

  • ¿Puedo entender este negocio en 5 minutos?

  • ¿Yo mismo uso este producto o servicio?

  • ¿Resuelve un problema cotidiano?

  • ¿Genera flujo de caja sin que tenga que estar ahí cada día?

Nada de startups de tecnología molonas.
Nada de restaurantes modernitos.
Solo negocios aburridos que generan pasta mientras duerme.

Shaq no dirige estos negocios.
Los posee.

Y no, la lección no es copiar las inversiones de Shaq.

La lección es copiar su enfoque:

  • Prioriza el flujo de caja frente al potencial de crecimiento.

  • Elige modelos probados, no conceptos sin validar.

  • Invierte en lo que entiendes, no en modas que no controlas.

Yo lo tengo claro, Yo sí, Tú no, amiguete!

Tu historia puede empezar con una sola decisión:
Dejar de mirar cómo otros construyen riqueza y empezar a construir la tuya.

No será de la noche a la mañana,
no hay más secretos que empujar como una bestia,
como Ábalos durante la pandemia en su chalet
pared con un club de “prestigio”

Hasta mañana.

Recuerda:

Te llevas 100.000 lerus si me presentas a un empresario zorro plateado que tenga un empresón:

  • Ventas 6 kilos/año, euros directos al taco, dos kilos/año limpio de polvo y paja, desde hace tres años. Que la relación ventas - neto sea de un tercio.

  • Que el dueño esté forrao a romper… recuerda, yo quiero ser ese también.

  • Una empresa sin sucesores y dueño en jubilación.

  • Que tenga muchos clientes, no quiero el clásico que depende de uno grande.

  • Te llevas 100.000 lerus solo si compro esa empresa, si no, te mando un abrazo en video, te lo prometo. Porque puede, que al final no compre un empresón, nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.

  • Una empresita es lo mismo pero 10 veces más pequeña, si te quedas por aquí, te enseño a comprar o vender la tuya, y también a buscar el dinero, y a decidir abogados, y en fin a todo, pero quédate y pásale estos a inversores, por si se quieren enterar que esto es más rentable que las startups esas molonas con futbolines y gente dándolo todo de culo a culo.