SDE

Lo que no se ve

Lo que no se ve, pero todo el mundo sabe.

En las empresas pequeñas —y en muchas no tan pequeñas— hay gastos que no deberían estar y que benefician, principalmente, al dueño.

Esto se ve más en empresas de alrededor de un millón de euros de facturación. Para no pagar más impuestos de los debidos, se cuela de todo:
el coche del dueño,
el piso de la querida,
el seguro del primo,
la formación de los hijos,
ese viaje a una convención fantasma,
la gasolina del vecino…
y un largo etcétera de “ya que estamos”.

Y claro, esto no se ve en un vistazo rápido a la contabilidad.
Necesitas el libro diario, a máximo detalle,
y sobre todo una charla larga y tendida con el dueño o con el asesor,
preferiblemente con whisky en vena.

Averiguar el SDE (Seller’s Discretionary Earnings) no es fácil.
Por eso, buscar empresitas pequeñas en SABI, aunque seguro,
no te da una visión real de todas las que puedes encontrar.

Además, los vendedores te miran como si fueras un topo de Hacienda,
como si tras tu rigurosa y expeditiva investigación
les fuera a caer un puro como el del Gato de Rodinger.

Ve con cuidado, yo he vivido situaciones muy desagradables.

Porque sí, mirar el libro diario a máximo detalle
es transformarte en un ginecólogo de números,
y no todo el mundo quiere que le hurguen por dentro,
sobre todo si no se duchan o esconden cosas en sitios insospechados.

Pero, atención,
lo que no se dan cuenta es que esos gastos,
aunque sean “personales”,
son beneficio encubierto de la empresa.
Se añaden al flujo de caja
y eso aumenta el valor de la empresa.

Entonces ahí…
se relajan los esfínteres
y puedes trabajar con una sonrisa en el paciente.

Yo he visto de todo,
yo sí, tú no, amiguete.

  • Peña con un salario de 250k para pagar la pensión a su ex en negro.

  • Usar dinero de la empresa para pagar la hipoteca de su casoplón.

  • Patrocinar eventos deportivos de un colegio privado para no pagar la cuota mensual.

  • Organizar eventos, comprar una cortadora de embutido, y llevársela a casa como quien no quiere la cosa.

Y un largo y retorcido etcétera de caminos creativos
para sacarle rendimiento a esos eurillos
que no quieres que se lleve Montoro o Montero,
monta tanto, tanto monta.

Ese numerito, el SDE, en empresas pequeñas
marca la diferencia.

A veces pasa que incluso el salario del dueño está inflado,
y todos sabemos que no te vas a poner un sueldo de 100k
para llevar un chiringo de un kilo.

Con que te pongas 50k,
ya tienes otro tanto para invertir en mejoras:
un departamento comercial,
una envasadora automática,
o una máquina que haga café y números.

Cada año.

Hasta mañana.

Recuerda:

Te llevas 100.000 lerus si me presentas a un empresario zorro plateado que tenga un empresón:

  • Ventas 6 kilos/año, euros directos al taco, dos kilos/año limpio de polvo y paja, desde hace tres años. Que la relación ventas - neto sea de un tercio.

  • Que el dueño esté forrao a romper… recuerda, yo quiero ser ese también.

  • Una empresa sin sucesores y dueño en jubilación.

  • Que tenga muchos clientes, no quiero el clásico que depende de uno grande.

  • Te llevas 100.000 lerus solo si compro esa empresa, si no, te mando un abrazo en video, te lo prometo. Porque puede, que al final no compre un empresón, nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.

  • Una empresita es lo mismo pero 10 veces más pequeña, si te quedas por aquí, te enseño a comprar o vender la tuya, y también a buscar el dinero, y a decidir abogados, y en fin a todo, pero quédate y pásale estos a inversores, por si se quieren enterar que esto es más rentable que las startups esas molonas con futbolines y gente dándolo todo de culo a culo.