Profesional

Eso es lo que echo de menos en cualquier sector.

Y ese es el gran problema de España:

Tenemos trabajadores cojonudos, versátiles, con más maña que medios.

Pero hay muy poca profesionalidad.

En esta última aventura, hemos estado jugando al póker con una baraja española.

Y encima la mesa estaba llena de mentirosos.

Lo normal en una negociación.

Lo triste es que el único que no lo sabía… era el dueño.

Hace dos años, una empresa competidora mucho más grande que la suya le tocó la puerta.

Le prometieron el oro y el moro.

Pidieron balances, historiales, Excelitos de colores.

Y cuando ya tenía el traje planchado y la cena reservada…

Se rajaron.
Compraron en Portugal.

A partir de ahí, el hombre se calentó.

Contrató asesores.
Firmó un mandato de venta.
Y se creyó que ya estaba hecho.

Los brokers le dijeron que habían tenido “muchas novias”.

Ya…

Novias de mamada en el parking, con el rabo oliendo a meao de Ron Barceló destilado.

Porque una novia de verdad, como era yo,
da amor, y da cera.

Como un 68: tú me la chupas, y yo te debo una.

El vendedor tenía claro su objetivo:

Quedarse una morterá líquida, post-compra.

Todo bien.

Hicimos una oferta.
Con financiación por su parte.
Y nos dijeron que no… en el último minuto.

Ahí entra el pitbull de barrio.

Yo lo soy.
Yo sí, tú no, amiguete.

Lo renegociamos todo.
Nueva oferta.
Más pasta neta tras impuestos.

Y entonces…

Se lía.

Resulta que el rendimiento económico era menor.

Y eso afecta directamente al múltiplo.

Y me da por pensar:

¿En serio nadie ha presentado unos números reales desde que firmaron el mandato?

Eso significa varias cosas:

1. Aquí no hay interés real por vender.

2. Aquí no ha venido ninguna novia seria.
   Solo zorras con la capacidad de succión de una Dyson nueva.

3. Aquí hay gente aprovechándose de la buena fe del dueño.
   Y cobrando por ello.

4. Aquí hay un problema de expectativas.
   Arreglado el entuerto, ya se veía con cinco millones.
   Y ahora serán tres.
   Esto no lo arregla ni Dios.

5. Aquí no hay profesionales.
   Solo gente tocándose los huevos y mintiendo.

Y no solo eso.

La empresa, al falsear los números, no muestra tendencia alcista.

Está en una meseta.

Y una meseta no vale igual que una subida.

Es una oportunidad, sí.

Pero la compraventa de empresas no está profesionalizada.

Y para el que la sufre, es un dolor de huevos.

Hasta mañana.

Recuerda:

Te llevas 100.000 lerus si me presentas a un empresario zorro plateado que tenga un empresón:

• Ventas 6 kilos/año, euros directos al taco, dos kilos/año limpio de polvo y paja, desde hace tres años. Que la relación ventas - neto sea de un tercio.

• Que el dueño esté forrao a romper… recuerda, yo quiero ser ese también.

• Una empresa sin sucesores y dueño en jubilación.

• Que tenga muchos clientes, no quiero el clásico que depende de uno grande.

• Te llevas 100.000 lerus solo si compro esa empresa, si no, te mando un abrazo en video, te lo prometo. Porque puede, que al final no compre un empresón, nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.

• Una empresita es lo mismo pero 10 veces más pequeña, si te quedas por aquí, te enseño a comprar o vender la tuya, y también a buscar el dinero, y a decidir abogados, y en fin a todo, pero quédate y pásale estos a inversores, por si se quieren enterar que esto es más rentable que las startups esas molonas con futbolines y gente dándolo todo de culo a culo.