Escucha al yayo

Para los bocazas como yo

Para los bocazas como yo, comprar una empresa es una lección de humildad.

Lo tuve claro desde el principio.
En esta nueva época emprendedora que he elegido,
me tocaba pasar de ser un charlatán (mi especialidad)
a ser un orejón.

Porque lo último que quiere una persona
que tiene ya una edad
y encima ha llevado un pequeño negocio a la cima,
es escuchar las historias de un gordo ególatra
sobre cómo batir el récord del mundo de paradas en boxes.

Yo trabajé con Fernando Alonso.
Yo sí, tú no, amiguete.

Lo que quieren los vendedores es que les escuches,
les entiendas,
y te tragues sus historias como si fueran los podcasts de Jordi Wild:
cuatro horas de turra infinita,
el monólogo plomizo del relato de su éxito.

No vamos a engañarnos,
el que triunfa se pone chulito,
se quiere mucho,
y si no ha recibido palos en la vida,
es un ser insoportable, de verdad.

He tenido jefes a los que todo les ha ido de lujo,
ni un puto resfriado,
y se creen que es porque son más listos que Einstein en su prime.
Y la verdad, me caían como el puto culo.
He durado en esos ambientes menos
que un gramo de grifa en el Primavera Sound.

Así que, como me conozco y soy un charlatán,
lo primero que hice en esta aventura fue
contratar a un consultor de comunicación.
Nada online, todo presencial.
Sesiones uno a uno.

Invertí casi dos meses en aprender a escuchar
de manera genuina lo que los demás tenían que contarme.

Y así, pude ser:

— Mejor comprador de empresas.
— Mejor negociador.
— Mejor amigo.
— Mejor padre.
— Mejor socio.

Ahora tengo un problema, como siempre me pasa:
he ido demasiado lejos y casi no hablo.
Por eso me ha dado por escribir.

Bueno…
eso y que si no soy la estrella me enfado.

Lo siento, pero tienes que dar un paso atrás si quieres comprar una empresa.
No eres el más importante del mundo,
así que prepárate para escuchar lo que el vendedor tiene que contar,

Añade a LinkedIn a empleados que te chiven cosas,
búscate la vida para encontrar un cliente feliz
y otro que lo odie

Y cómo no...
alíate con la competencia
con alguna excusa de veinte duros
para enterarte de cómo funciona todo el mercado.

Hazme caso, que te estoy ahorrando años de berrinches.

Hasta mañana.

P.D. Por cierto, el consultor es Ale Sandino, amigo y crack mundial.

Recuerda:

Te llevas 100.000 lerus si me presentas a un empresario zorro plateado que tenga un empresón:

  • Ventas 6 kilos/año, euros directos al taco, dos kilos/año limpio de polvo y paja, desde hace tres años. Que la relación ventas - neto sea de un tercio.

  • Que el dueño esté forrao a romper… recuerda, yo quiero ser ese también.

  • Una empresa sin sucesores y dueño en jubilación.

  • Que tenga muchos clientes, no quiero el clásico que depende de uno grande.

  • Te llevas 100.000 lerus solo si compro esa empresa, si no, te mando un abrazo en video, te lo prometo. Porque puede, que al final no compre un empresón, nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.

  • Una empresita es lo mismo pero 10 veces más pequeña, si te quedas por aquí, te enseño a comprar o vender la tuya, y también a buscar el dinero, y a decidir abogados, y en fin a todo, pero quédate y pásale estos a inversores, por si se quieren enterar que esto es más rentable que las startups esas molonas con futbolines y gente dándolo todo de culo a culo.