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Esa falsa sensación
De que será fácil.
Comprar una empresa no es para románticos.
Es para pesados, obsesivos, cabezones, de esos que se levantan cada día con el rabo tieso y la excel echando fuego.
Aquí te explico, sin cuentos, cómo es el proceso completo de comprar una empresa.
Lo que nadie te cuenta. Lo que no sale en los podcasts de veinteañeros con jersey de cuello vuelto.
1. El calentón.
Todo empieza cuando descubres que puedes comprar una empresa en vez de montar una., yo lo descubrí, y ahora tú también amiguete.
Y claro, te vienes arriba: cero producto, cero MVP, clientes ya hechos, ingresos desde el minuto uno.
Spoiler: te vas a comer más mierda que si montaras una, porque buscar una empresa que comprar ya es en sí, una startup. Yo conozco los dos mundos, yo sí, tú no, amiguete.
2. La búsqueda.
Aquí empiezas a llamar, escribir, mendigar cafés, comer con yayos.
El 90 % no te va a contestar.
Del otro 10 %, 8 están grillados o no quieren vender.
Y del 2 % restante, hay uno que huele raro.
Ese es el tuyo, ese olor a kéfir añejo es el mismo que el de la gomilla de sus fajos de billetes.
3. El cortejo.
Comidas, cafés, visitas a fábrica, chistes malos, historias de cuando Franco era corneta.
Empiezas a ver que el negocio es viable.
Y también ves que te vas a enamorar del dueño y él de ti.
Es bonito, sí, pero no te fíes.
Esto es M&A, no una boda gitana… o una pedida de mano, aquí también hay drama.
4. La oferta no vinculante (LOI).
Le pasas una carta donde le dices:
“Mira, yayo, te pago esto, de esta forma, en este plazo.”
Y a cambio, le pides exclusividad para seguir hablando contigo y que no se vaya con otro que la tenga más gorda… la cartera, claro.
Si firma, el partido empieza de verdad.
Si no firma, te vas a tu casa con un cabreo de cojones. En esas estoy yo, mañana te lo cuento.
5. La due diligence.
Aquí sacas los trapos sucios.
Auditoría financiera, legal, laboral, fiscal, comercial, tecnológica…
Te van a cobrar más que un divorcio con 3 hijos.
Pero más vale un “no” a tiempo que una bancarrota romántica.
6. El contrato.
Si todo encaja, se redacta el contrato de compraventa.
Esto no lo haces tú, ni yo amiguete, lo hace un notario con cara de uva pasa y un abogado que cobra por página, por letra, por sonrisa.
Aquí se decide si pagas hoy, mañana o en 2037.
Y si el yayo se queda, se va, o se muere con las botas puestas.
7. El dinero.
Toca soltar la panoja.
Si eres rico, enhorabuena.
Si no, bienvenido al maravilloso mundo de los bancos, los inversores y los tratos con el diablo.
La empresa vale 7 millones y tú tienes 3 euros y debes 4. Pero vas pa’lante.
8. La integración.
Ya eres dueño.
Y ahora sí empieza lo bueno: mandar sin saber, liderar sin conocer, aguantar sin dormir.
La empresa es tuya.
Los problemas también.
Y los yayos te miran desde la distancia con rencor y nostalgia.
Este es el camino. Largo, feo, lleno de gargajos y cláusulas con trampa.
Pero si lo haces bien, acabas siendo CEO, accionista, y cobrando todos los meses de algo que ya funciona.
Y eso, amigo, no lo logras ni con 20 MVPs ni con 3 rondas de Serie A.
Hasta mañana.
Recuerda:
Te llevas 100.000 lerus si me presentas a un empresario zorro plateado que tenga un empresón:
Ventas 6 kilos/año, euros directos al taco, dos kilos/año limpio de polvo y paja, desde hace tres años. Que la relación ventas - neto sea de un tercio.
Que el dueño esté forrao a romper… recuerda, yo quiero ser ese también.
Una empresa sin sucesores y dueño en jubilación.
Que tenga muchos clientes, no quiero el clásico que depende de uno grande.
Te llevas 100.000 lerus solo si compro esa empresa, si no, te mando un abrazo en video, te lo prometo. Porque puede, que al final no compre un empresón, nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.
Una empresita es lo mismo pero 10 veces más pequeña, si te quedas por aquí, te enseño a comprar o vender la tuya, y también a buscar el dinero, y a decidir abogados, y en fin a todo, pero quédate y pásale estos a inversores, por si se quieren enterar que esto es más rentable que las startups esas molonas con futbolines y gente dándolo todo de culo a culo.