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Balada triste
Sin trompeta
Spoiler: acaba bien.
Estaba Juanlu, entre sus dos hijos, en mitad de la noche.
Separado.
Cornudo.
Y con cada niño meado en la cama.
Por primera vez pensó en el suicidio.
Como le faltaban huevos para matarse, decidió suicidarse de otra manera.
Un puto administrativo en 2015.
Con una ex medio ninfómana.
Pagando hipoteca.
Y su flamante pensión de fallido matrimonio.
¿Cómo iba a hacer frente a todo eso y encima vivir?
Nadie le prestaba los 3.000 pavos que necesitaba para arrancar.
Su hermana —hoy directiva de la empresa— se los dejó gustosa.
Ahí comenzó el suicidio.
Se hizo autónomo para vender un producto hecho a mano los fines de semana.
Y la cosa despegó.
El tipo vendía bien.
Y, sobre todo, tenía una cabeza prodigiosa.
Un rigor mental impresionante.
Le echó huevos y en dos años ya había pedido una excedencia.
Montó una nave de 2.000 metros.
Otros dos años más y, trabajando a tres turnos, se quedó más calvo que Antonio Lobato.
Pasa la pandemia como puede.
Se lo cuenta a Txema, que venía de picar código en una cárnica.
Y boom.
De tres turnos pasan a uno.
Y encima en 6.000 metros cuadrados.
18 empleados.
Juanlu de caipiriñas y viajes.
La empresa como un tiro.
Fui a verla.
Todo ordenado.
En el suelo se podía comer sopa.
En 15 minutos lo vi claro.
Le hago una oferta.
Yo sí, tú no, amiguete.
Acepta y entramos en Due Diligence.
Resultado:
–200k de lo que decía la realidad.
Impacto en valoración: más de un kilo menos.
Lo intentamos resolver, pero nada.
Lo había delegado todo.
Vivía como rey.
“Yo sé que gano dinero. Ahora la mitad del pueblo es mía. Pero no sé cuánto gano exactamente.”
Claro… estaba haciendo operaciones inmobiliarias de recorrido corto.
Y eso impactaba en la cuenta de resultados.
Pero eso no podía valorarlo en mi operación.
Cuando compras, las corrientes de ingresos deben pertenecer al negocio.
O te pasará lo mismo que a Juanlu.
Lo mismo dentro de dos años ya está limpia.
Mientras tanto…
Juanlu prefiere aguantar a venderla más barata,
quiere ese millón de más a toda costa y
yo no se lo puedo dar, no me salen las cuentas.
Hasta mañana.
Recuerda:
Te llevas 100.000 lerus si me presentas a un empresario zorro plateado que tenga un empresón:
Ventas 6 kilos/año, euros directos al taco, dos kilos/año limpio de polvo y paja, desde hace tres años. Que la relación ventas - neto sea de un tercio.
Que el dueño esté forrao a romper… recuerda, yo quiero ser ese también.
Una empresa sin sucesores y dueño en jubilación.
Que tenga muchos clientes, no quiero el clásico que depende de uno grande.
Te llevas 100.000 lerus solo si compro esa empresa, si no, te mando un abrazo en video, te lo prometo. Porque puede, que al final no compre un empresón, nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.
Una empresita es lo mismo pero 10 veces más pequeña, si te quedas por aquí, te enseño a comprar o vender la tuya, y también a buscar el dinero, y a decidir abogados, y en fin a todo, pero quédate y pásale estos a inversores, por si se quieren enterar que esto es más rentable que las startups esas molonas con futbolines y gente dándolo todo de culo a culo.