300

Hace dos años era tres cientos

Hace dos años eran tres cientos, hoy no sé cuantos serán.
Tardé trece meses en conseguir el contacto de 300 inversores,
les escribí un mail a todos,
tuve unas 110 “primeras reuniones”,
infinitos “NOES”,
bastantes reuniones de seguimiento,
un par de viajes a Madrid y Barcelona…

Por fin llegó el gran día:
comunicarme con todos los socios
pidiendo datos de sus vehículos de inversión
para lanzar el pacto de socios.

Y entonces…
en una de las llamadas,
hablo con uno de los socios
y me suelta, así, como si nada:

“Nosotros no vamos a invertir, debe de haber habido un malentendido.”

Total, que me promete
que se lo va a pensar.

Y dos días más tarde
me confirma que no.

Que no invierten en mi fondo.
Que me quedo a falta de un socio en el último momento.

Toma del frasco, Carrasco.

Cara de tonto motivao por encima de sus posibilidades,
se tira semejante ALL IN de tiesos,
yo voy a ser socio,
como lo oyes,
yo sí, tú no, amiguete.

Así fue como se me fue la mano
e invertí los 30k
que pensaba que iba a poner otro.

Eso sí, yo sabía que no tenía que ponerlos el mismo día del notario.
El plan era claro:
tener mi nómina tras capitalizar la sociedad
y luego ir al banco
a por un préstamo personal
para invertirlo en mi propio fondo.

Y así fue.

¿Quieres saber la peor parte?

Yo no fui el que más tardó en poner la pasta.

Fue otro fondo recién creado
que, hasta que no logró la aprobación de la CNMV,
no pudo meter su ticket.

Para todo hay trucos en esta vida.

Esos 30k de inversión, según nuestro pacto de socios,
me daban acceso a un retorno de 45k en efectivo o en acciones
de la nueva empresa una vez adquirida.

Aparte de eso, como gerente del fondo,
pasas a tener un salario bastante decente
en los próximos 24 meses.

De todas maneras, o los ponía yo,
o me quedaba sin fondo
y sin la posibilidad de comprar una empresa.

Y bueno…
se me fue de las manos, la verdad.

Pero dime tú:
¿qué habrías hecho tú?

Hasta mañana.

Recuerda:

Te llevas 100.000 lerus si me presentas a un empresario zorro plateado que tenga un empresón:

  • Ventas 6 kilos/año, euros directos al taco, dos kilos/año limpio de polvo y paja, desde hace tres años. Que la relación ventas - neto sea de un tercio.

  • Que el dueño esté forrao a romper… recuerda, yo quiero ser ese también.

  • Una empresa sin sucesores y dueño en jubilación.

  • Que tenga muchos clientes, no quiero el clásico que depende de uno grande.

  • Te llevas 100.000 lerus solo si compro esa empresa, si no, te mando un abrazo en video, te lo prometo. Porque puede, que al final no compre un empresón, nunca se sabe lo que puede pasar en la vida.

  • Una empresita es lo mismo pero 10 veces más pequeña, si te quedas por aquí, te enseño a comprar o vender la tuya, y también a buscar el dinero, y a decidir abogados, y en fin a todo, pero quédate y pásale estos a inversores, por si se quieren enterar que esto es más rentable que las startups esas molonas con futbolines y gente dándolo todo de culo a culo.